MONSTRUO DE TOKIO.

 CAPITULO 1

 

Tiempo atrás.

Caminaba por aquella majestuosa mansión, mirando en mi caminar aquellas grandes ventanas, quienes fueron testigos de cada una de mis travesuras, inclusive de la primera vez que fue testigo de mi ineficacia como ser humano, me preguntaba ¿Qué sería de aquellos niños hoy en día? ¿Lo querrían como él los quiso a pesar de su estúpido “padre”?

- ¿Qué tanto piensas? Siempre que vengo de visita te veo observando aquella piscina ¿Algún día me contaras todo tú pasado?

- ni hablar, de mi pasado sabes lo justo que por cierto es bastante y para variar ni siquiera tuve elección al decirte

- por favor, era mi trabajo acercarme contigo, aunque no nos fue tan mal ¿O sí?

- por favor, hablemos de otra cosa ¿Comiste ya? O es acaso que ni Sho te deja hacer eso libremente

- por esa increíble inteligencia, siempre eres el mejor para el puesto de alto cargo en el que te colocamos

- pero eso no explica ¿Cómo pudiste saber tantas cosas de mí?

- recuerda que eres más joven, mientras que yo por mi cuenta puedo ser muy peligroso debido a mi experiencia en estos medios

- se perfectamente a que te refieres y jamás dejare de estar agradecido contigo por darme una vida propia, así que mejor vamos a comer

Caminamos por aquellos oscuros pasillos a paso lento hasta que Jun volvió a hablar

- ¿Por qué siempre debes tener la casa oscura?

- nada mejor que tener una vista a mi pasado

- nunca te cuestiono nada en la vida ¿Pero no crees que debes parar?

- no descansare hasta verlo hundido, a él y a todos los que me pisaron, en aquel entonces solo era un crío, pero ahora soy todo un hombre

- la venganza nunca será la respuesta, eres mejor que esto

Detuve mis pasos delante de aquella mesa girando sobre mis talones mirando a aquel hombre mayor que yo de buena contextura y cabello azabache, aquel en el que no podía negar que aun dentro de mí quedaban sentimientos, sin embargo, tenía un hilo que resolver en mi cabeza, debido a que era de suma confianza pero ¿Era del todo mío? aclaré mi voz mientras tomaba asiento, él a su vez se sentaba frente de mí mirándome a los ojos.

- cuando notes que todo sale bien, dejaras de preocuparte

- jamás dejare de preocuparme por ti, eres…

- ¡cállate! ¡ni una palabra llena de cursilería aquí!    

- está bien, solo porque compromete todo por lo que trabajamos

Sin decir nada más, esperamos que llegara la servidumbre con la comida, comimos a tiempos acompasados mientras nos mirábamos a los ojos, lo que hubiera dado en mi vida por encontrarlo en el momento adecuado, por no haber sufrido tanto para estar manejando sin frenos un auto que está a punto de llegar a un acantilado.

Cuando terminamos la cena iríamos a divertirnos un poco de no ser por Sho, le ordeno ir a recibir a un alto mando al aeropuerto, al final se despidió de mí como era debido, con la mano en la frente. Me levante caminando por aquellos pasillos hasta encontrarme solo en mi cuarto vació es cuando pude respirar por fin tranquilo, mientras me arropaba con aquellas sabanas de terciopelo, suspire un tanto confundido como cada noche. Cada día era el mismo problema, dormir por mis constantes pesadillas y no hacerlo me traía más adicciones, por mi puesto no podía tenerlas, así que, como terapia recomendada por mi psicólogo personal, comencé a respirar tranquilo, mientras en mi celular sonaba “frescura de verano”, comencé a quedarme dormido para comenzar a tener una pesadilla nuevamente.

 

—sueños de una noche— —Diecinueve años atrás— (uno)

 

Escuchaba pisadas apresuradas tras de mí, era todo lo que se escuchaba en toda la mansión, como era costumbre los adultos no se encontraban, solo la servidumbre y nosotros tres pequeños niños, yo era el mayor los tres, tenía cinco años, pero aunque no contaba con características dignas de los Serkin, era hasta el momento heredero de una gran fortuna que sin duda alguna me jugaría en contra, corríamos como cualquier niño de nuestra edad, nos divertíamos porque era lo único que sabíamos hacer cada día, solo nos llevamos un año así que podía jugar perfectamente con los mellizos, hasta que aquel día cambio todo sin previo aviso.

Jugábamos cerca de aquella enorme piscina, con una pelota de playa que mi padre nos había regalado a todos al ir de vacaciones, yo había insistido tanto en esa pelota pues era azul, con pequeños barcos dibujados más grande que nosotros, aquella mañana mi padre nos había ordenado no tocarla, pero aquellos niños insistieron hasta que jugamos de nuevo con ella, la pasábamos entre nosotros divertidos, hasta que André cayó al agua, tarde un momento en comprender que pasaba pues Ann gritaba histérico, corrí apresurado aventándome al rescate de André, pero olvide un detalle, no sabía nadar, igual intente sacarlo aventándome a la piscina, pero era solo un niño, así que cuando desperté estaba en el hospital, sin saber dónde estaba, no había nadie conmigo, me levante despacio buscando a mis hermanos, en un momento entro mi padre tomándome de aquella pequeña bata obligándome a mirarlo           

-tú mataste a mis hijos, tú eres el único culpable

Aquella vez sentí por primera vez la mano de mi padre en mi mejilla y aquel sabor a hierro en mis labios, desvié mi mirada increíblemente logre observar aquellos dos pequeños que siempre pensé eran mis hermanos, con las cejas fruncidas, con esos grandes orbes, mirándome con extremo desdén, trague saliva, pues sabía que aquello solo sería el comienzo de una nueva vida en casa a mí retorno.

—fin del sueño—(uno)

 

Desperté agitado mirando a mi alrededor intentando incorporarme sobre sí mismo, al notar vacía mi alcoba comencé a respirar más tranquilo volví a recostarme sobre mi espalda mientras observaba el techo un rato hasta que comprendí que solo había sido un sueño, realmente nunca tuve la culpa de lo que les paso a esos mocosos, si ellos hubieran visto la cara de aquellos que si mate, dudo que me miraran con esos ojos, reí burlón mientras me incorporaba en la cama, acaricie con la palma de mi mano aquella suave manta de seda, gire mi rostro observando aquel pequeño reloj color tomate en mi buro, me impresione por lo temprano que me levante, era domingo aunque no importaba el día, como cada mañana debía asistir al cuartel a recibir indicaciones de mi superior, así que resignado tome impulso y me puse de pie caminando a paso lento hasta el closet tome un traje color vino para comenzar a vestirme, hace un mes había vuelto a Japón definitivamente pero desde hace tres meses había firmado los papeles de la casa no había sido una tarea fácil pues Sho era quién peor me había regañado por una acción deliberada, pero esa casa realmente la conocía a la perfección tanto como de lo que soy capaz aprendí a conocer cada uno de sus túneles incluso la sala de castigos físicos, además estaba de oferta debido a que el dueño la había perdido en un absurdo fideicomiso bancario él ahora trabajaba para mí, que curiosa la vida, eso me provoco una sonrisa de medio lado cuando recordé aquel día en que lo volví a ver, demasiado demacrado, más delgado, más tímido, nada fuerte pues de tanta porquería que consumía esta había acabado con sus riñones al parecer había conseguido solo trabajo de bienes y raíces, que deprimente, hasta donde yo sabía él era un excelente arquitecto, pero la vida es muy curiosa así que al descubrirse todo lo que implicaba “Sunbae” se vino abajo, de esa forma perdió hasta la licencia para trabajar de lo suyo, ahora era mi gato personal y de quién yo le ordenara.

Camine tranquilo hasta el vestíbulo observando a aquel hombre barriendo la estancia apresurado.

- es posible que aún no esté ni mi desayuno

- en un momento estará listo su platillo, por favor no se enoje

- es perder mi tiempo contigo, indícale a la servidumbre que ya no es necesario que terminen de elaborarlo, hoy te descontare esto de tu paga por esta estupidez en tu trabajo, necesito que esto esté en media hora, cuando acabes por favor termina el jardín trasero

Di unos cuantos pasos acomodando mi traje con ambas manos, cuando recordé lo que Henry menciono ayer por la noche antes de ir a dormir, “el anciano quiso entrar a su despacho, más tarde lo encontré intentando ingresar en su habitación”, giré sobre mis talones y al observar que se encontraba distraído volví mis pasos para colocar mis manos en sus hombros generando presión.

- si me vuelvo a enterar que quieres entrar al despacho o que volviste a entrar en mi habitación, estarás más que advertido que iras de visita con tu estúpida familia ¿Queda claro?   

-si…esta entendido señor Yamada

- excelente, me retirare ahora

Solté aquel agarre para volver mi camino sobre mis pies, estaba demasiado tranquilo y relajado, pues aquel hombre debía ser consciente que ya no era aquel niño de quince años que violaba a su complacencia, acomodé mi traje incomodo por aquel pensamiento, tosí brevemente a lo que mi chofer interrumpió mi monologo

- pasaremos como cada mañana por el joven Jun

- claro, aunque también debo pasar a desayunar, pero será luego de ir por Jun así que date prisa

- como usted diga señor

No sabía exactamente porque me habían enviado a Japón, me gustaba muchísimo Alemania, pero una orden jamás se debe desobedecer y estaba consciente que esta misión era un tanto suicida, pronto estaría bajo el tutorado de Sho, solo él debe decidir sobre cada paso que daré como peón en este tablero de ajedrez, sentí el auto detenerse, así que decidí con ello también parar en todo lo que pensaba.

- por favor señor Albert, suba el vidrio tendré una conversación personal con Jun así que desconectare el micrófono, le agradeceré si no molesta

- parece que estas de buen humor ¿Descansaste más hoy?

- no realmente, solo que estar estos meses fuera de acción me tenían preocupado, al menos hoy recibiremos nueva misión y no tengo mejor razón para estar feliz

- empiezo a creer que solo vives ya por la causa

- es como debe ser o acaso ¿Tú no vives por la causa?

- no, claro que vivo por la causa, pero me gustaría que también pensaras en mí

- ya hablamos muchas veces al respecto de lo que sucede entre nosotros, sabes que Sho será muy tú hermano, pero igual nos mandaría a matar si sabe que fuimos nosotros quienes rompimos la regla 157 del estatuto

- me gustaría que nuestra historia sea diferente, deberíamos escapar los dos y…

- y nada, somos fieles al nacionalismo, nosotros somos la nueva luz por lo que debemos ver que se cumpla definitivamente, no como hace muchos años

- aun si tú no quieres, yo buscare la forma de salvarnos de todo esto

- harás lo que quieras, pero por ahora ya cállate, me aburre escucharte tan cursi sobre el amor

- lo dice él miel de los dos

- cállate Jun

- ¡Ja! no me callara un mocoso como tú  -comenzamos a reír divertidos, él terminó la distancia entre ambos comenzó a besarme de una forma nada sana mientras sus manos recorrían mis costados, yo mientras tanto intentaba quitarle el molesto saco, después de todo iríamos a desayunar así que podíamos tener un tiempo bastante largo pues mi sitio favorito estaba a una hora de donde vivía él, sin embargo, ingreso una llamada a mi celular móvil con un tono peculiar que solo correspondía a alguien, así que tuve que separarme a la fuerza de él para responder.

- diga señor

- ¿Pasaste por mi hermano?

- sabe que cada mañana paso por él como mi mejor amigo

- los necesito en 20 minutos en el despacho céntrico

 Luego de eso colgó sin decir más, mire a Jun y trague saliva mientras acomodaba mi traje mirándolo a los ojos, esos que tanto amaba

- dejaremos nuestro asunto para después, tu hermano desea vernos ahora a ambos

- ¿Sabrá algo de nosotros?

- ¿Por qué siempre preguntas eso? También es nuestro jefe recuerdas, dudo mucho que lo sepa, además el único que nos vio besarnos y fue por error fue nuestro chofer, pero si el hablo no sabe lo que pasará

- relájate Yamada, sabes que no estoy de acuerdo con esas actitudes

- calla que esas decisiones las tomo yo por nuestro bienestar

Debido a que estaba subido el cristal y tenía música de por medio nadie más sabría lo que hablamos además Jun tenía la manía de susurrarlo en mi oído mientras mordisqueaba mi lóbulo de la oreja, al llegar al lugar bajamos de inmediato para encontrarnos con un Sho demasiado formal, nos miró seriamente a lo que tuve que preguntar

- ¿Nadie más vendrá a la junta? O llegamos muy temprano

- nada de eso señor Ryosuke, solo que hoy nos divertiremos los tres

Giré mi vista cuando vi algo sospechoso, inconscientemente guie mi mano al arma que tenía conmigo a la altura de la cintura, la saque y apunte directo a Sho

- Yamada aun si me mataras, dudo que logres salir de mis terrenos limpio, además solo vamos a dialogar, guarda eso y síganme los dos, entreguen sus armas con Aiba, el las guardara hasta su regreso

Sentí como Jun bajaba mi arma, resignado respiré hondo, comencé a caminar tras de Sho entregando aquella arma, algo era verdad, Sho sabía algo de nosotros y tal vez, solo tal vez Jun esta vez tenía razón, caminamos tranquilos hasta su oficina una vez dentro nos obligó a tomar asiento en aquellos asientos de cuero, dejo a todos sus guardaespaldas fuera mientras él personalmente revisaba con detenimiento cada espacio en busca de alguna cámara, una vez listos entonces comenzó la plática.

- ¿Cuándo planeaban decirme esta aberración?

Antes que pudiera preguntar algo, Sho nos lanzó dos sobres en la mesa, de inmediato tomamos uno cada uno, al abrirlo mire la primera foto, era yo besándome con Jun en la parte trasera de mi auto, trague saliva pero era tan difícil, mi garganta de la nada estaba seca, dolía y peor aún era decir que sentía la sangre helar, mire a Jun quien no dejaba de ver aquellas fotos, tome la delantera como siempre, desde que lo vi por primera vez.

- fui yo quien le obligo a estar conmigo

- entonces asumes la responsabilidad de esta alta traición, correcto

Un grito nos sacó de la concentración y mire como Jun se levantaba de su sitio lanzando las fotos sobre su hermano.

- ¡Espera hermano!, ¿Por qué invades mi privacidad? Ese tarado miente, fuimos ambos los que nos metimos en el enredo, no existe un día en el que no seamos conscientes de lo que hicimos, pero seguimos luchando por la causa 

- si me traicionaste con esto ¿Cómo sabre yo si no son traidores de la causa?

- soy tu hermano joder, me conoces bien, soy sangre de tu sangre

- ¡Basta! Soy solo yo el único responsable

- ¡Tú ya cállate! Sho hermano reacciona, somos familia no me puedes matar

- ambos me decepcionaron con sus actos inmorales, tú serás castigado seriamente por esta falta, y tú da gracias que no te mato solo porque eres mi hermano, pero tú Yamada, no corres con el mismo privilegio, ponte de pie ¡ahora!

Me levante lentamente sin apartar la vista de aquel hombre, aunque le debía la vida, no debía saber que yo le tenía miedo, después de todo era como un padre para mí.

- no escapare de mi destino nuevamente, así que conozco el camino

- que bien que lo conozcas, te están esperando dos guardias a fuera, así que retírate

Me gire sobre mis talones dispuesto a salir cuando Jun me tomo la mano negando

- no te vayas, sabes lo que pasará cuando cruces la puerta

- lo tengo claro y no pasará nada, que no fuese a pasarme hace años -ladeo el rostro negando soltando una risa burlona- supongo que esto es el final de lo nuestro, al final si cumplí lo que te prometí ¿Viste? -me solté de su agarre mientras acomodaba mi traje, con mi mano derecha aliso aquella pequeña arruga mientras camino seguro hacía la puerta, me mantengo calmado sin tragar saliva, pues nadie debía saber cómo me sentía, al girar el pomo de la puerta logro observar al menos 30 activos de mi escuadrón.

- tranquilos, no planeo escapar, con dos me basta

Dejó que dos de ellos me tomen de las muñecas mientras camino tranquilo hacía la sala de interrogatorios, al caminar entre aquellos pasillos solos, decorados como túneles subterráneos de la segunda guerra mundial, con solo antorchas alumbrando mientras gritos desgarradores se escuchan como ambientación, torcí mi cabeza para hacerla tronar hacia el lado izquierdo, mi mente se auto programaba a tolerar el dolor próximo, este tipo de cosas me recordaban que aquel pequeño niño de 13 años que corría por la mansión escondiéndose de su tutor golpeador, aún estaba en mí, tome asiento en la silla en medio de esa habitación, coloque mis manos detrás del respaldo de aquella silla incomoda de cemento, cuando escuche que ambas esposas incrustadas a la misma se sellaban supe que mi destino estaba pactado, sabía que debía promocionar aquellas píldoras mortales, respire profundo y observe que aquel varón de unos cincuenta años alzaba su puño, no dejaba de mirarlo intentando intimidarlo cuando llegó Sho, deteniendo el puño.

- solo el escolta se quedará fuera, yo personalmente reprenderé a Ryosuke

- cómo diga señor

Mire a todos salir y esperé el tiempo prudente para intentar articular palabra cuando sentí aquella mano de Sho posarse sobre mi cabello para luego halarlo hasta sentir que me desprendería el cuero cabelludo, seguido de ello alzo aquel puño mientras sonreía de lado.

- veamos quién es más cabrón de los dos, odio que me mientan y sobre todo que embarren a mi hermano

No me dio tiempo de decirle nada cuando sentí su puño en mi mandíbula lo que me desoriento demasiado, sin embargo, intente enforcar de nuevo a Sho, cuando otro puño llegó a mí nariz intente controlarme para no rendirme ante tantos golpes en la cara, pero me fue imposible pues siempre me alzaba el rostro a la fuerza para poder divertirse mientras lo escuchaba reírse y sin darme cuenta, caí de nuevo inconsciente recordando mi pasado.

 

—Flashback— —Es adoptado— (dos)

Estaba sentado en aquella cama cerca de la ventana, aquella habitación como cada tarde estaba sola y vacía, aquel hombre no tardaba en llegar, sabia de sobra lo que me tocaría cuando él estuviera dentro de mí.

¿Hacía cuanto mi vida era una farsa? Ya no esperaba nada de la vida, saque un pequeño cigarrillo de aquella caja, tome aquel encendedor entre mis dedos, aquel cigarro lo coloque entre mis labios, di la primera calada, estaba ansioso de morir pero con quince años no era normal siempre me decía aquello al ver a mis compañeros felices mientras que yo, buscaba la forma de morir, pero no podía hablarlo con nadie, todos estaban de parte de aquel varón, estaba tan cansado que poco me cuidaba, mire mi alrededor soltando aire de entre mis labios, aún resonaban aquellas palabras “es adoptado de padres drogadictos, por mí puedes quedártelo, matarlo o desecharlo lo que gustes a mí me da igual” en mis oídos mientras observaba aquella habitación en penumbras como toda la casa.

¿Quiénes eran mis padres? Tan poco les importaba ¿Por qué no solo abortarme? No habría sufrido tanto dolor en manos de aquel monstruo, perdí todo, incluso las cosas que ni con todo el dinero podría comprar, escuche la puerta principal de la mansión abrirse, rechinaba como colchón viejo, trague saliva mientras me levantaba de mi asiento apagando aquel cigarrillo y me hincaba en mi habitación, sabía orar tan poco, pero lo hacía para no temblar mucho más de miedo, al escuchar aquellas pisadas tras de mí, continúe orando en mis pensamientos, tenía tanto miedo que orine mis pantalones, al sentir aquella tosca mano en mi cabello y ser halado hacía arriba por él, comencé a gritar, estaba aterrado aquel hombre en serio parecía un monstruo, bueno el realmente lo era, nuevamente me arrebataría lo más importante para mí, mi integridad como ser humano.

Sentí el primer puño en mi mandíbula, me obligo a levantarme y seguido de esto recibí un golpe con su rodilla en mi estómago, luego todo se volvió oscuro, antes de caer rendido a los pies del dolor pude alcanzar a gritar un “¡Basta!”

—fin flashback— (dos)

Escuche los pájaros cantar y abrí lentamente los ojos, aunque no fue del todo posible, al parecer Sho me los había inflamado, tosí levemente cuando escuche unos pasos acercarse, sabía perfecto quién era, así que hable con confianza.

- no deberías estar aquí, Sho te matará por necio

- nada de eso, ayer hable con él para detenerlo

- bueno te agradezco, pero no debiste, mi final es morir y lo sabes bien

- sabes perfectamente que jamás permitiré que te maten

- demasiado cursi para que sepas lo que le pasará a alguien como yo en un futuro

- eso no pasará, eres demasiado listo, además el jefe de sección quiere verte ahora, ya curé tus heridas, así que seré tu guía hasta llegar a su oficina

- ¿y las esposas quien me las quita?

- ¿esposas dices? Si estas sobre tu cama en tu mansión

- vaya que eres rápido entonces llévame con él de inmediato, por como hablas notó que estas más que molesto con él, debes perdonarlo, solo te protege de los males

- sabes perfectamente que siempre es incorrecta su forma de proceder y tú eres idéntico que él, siempre arreglan las cosas de la peor forma

- vamos, deja el enojo y llévame

Caminaba prácticamente sin saber en dónde estaba, Jun me decía donde pisar y como pisar, al llegar a la oficina escuche la voz fuerte de Sho.

- toma asiento Yamada

Con la ayuda de Jun logre tomar asiento en aquella cómoda silla de terciopelo

- claro jefe ¿Para qué me mando a traer?

- pensé mejor lo de matarte, sabes demasiado de la asociación y en estos meses debe quedar la primera parte, no puedo poner un remplazo, eh decidido conservarte, aunque te advierto que será bajo mis condiciones.

- ¿De qué condiciones habla? Sabe perfectamente que mis gustos personales no quitan mi fidelidad con usted y el nacionalismo

- lo sé perfecto, ustedes dos se casarán con las mujeres que yo seleccione en esta semana, sin objetar nada, serán buenos esposos y padres, esto último no deberá pasar de los primeros tres meses luego de casarse ¿Entendido Jun? Mientras mantengan su relación muy en secreto da igual todo lo demás ¿No?

- ¡Ese no era el trato Sho! 

- dije que sería bajo mis condiciones y es lo que ordene

- yo hablare con Jun para que lo acepte sin hacer peor las cosas, a cambio quiero pedir algunas cosas, ya que me gusto tu plan

- veré si acepto tus condiciones, habla de una vez

- en primera seré yo quien elija nuestras esposas, en segunda Jun vivirá en mi casa para mayor practicidad de mi amorío, esto para no descuidar mi puesto, por ultimó pero no menos importante será mi coronel al mando y secretario para evitar sospechas -palpo frente de mí hasta sentir aquel escritorio pasando mi mano encima del escritorio esperando que Sho aceptara y en un acto sorprendente tomo mi mano en un apretón, sonreí mientras hablaba de nuevo con voz de mando, después de todo tomaría el control después de aquel día- ¿tienes alguna misión para mí o simplemente tendré que perder mi tiempo en Tokio?

 - no Yamada, tu siguiente tarea es presentarte este inicio de clases en la universidad de Meiji para la carrera de ingeniería civil

- ¿Qué? ¿Para qué? Ya tengo una carrera en la universidad alemana

- nuestros mejores partidos están en esa carrera, tú deber es comenzar a acercarte a cada uno, pero descuida iras con todo el equipo listo y a tu disposición como compañeros

- ¿Jun irá también?

- claro que ira, pero como profesor, así que los quiero atentos a todo y resuelto el plan en menos de lo que pienso

- así será señor, por ahora quiero irme a descansar a mi alcoba

- claro, retírate y lleva a Jun contigo, alístalo para que pueda asumir sus roles   

- así será señor -hice una breve reverencia y me alejé-

Camine con ayuda de Jun hasta mi habitación, cuando cerramos la puerta exploto la discusión en aquella pequeña habitación acondicionada para evitar dejar salir el sonido.

- cómo se te ocurre aceptar aquel matrimonio ¿En qué estabas pensando? Acaso es, que yo te doy igual

Lleve mi mano cerca de mi rostro para colocar mi dedo índice y pulgar cerca del puente de mi nariz apretándolo.

- ¿Y qué querías que dijera? Quieres que esta vez en serio nos fusilen 

- tal vez negarte hubiera estado bien, sería lo más razonable

- tener buenos sentimientos aquí es lo menos correcto ¿Sabías tú?

- ¿Acaso te da igual lo que yo siento por ti?

- ¡ja! Amigo no me vengas a poner eso en tela de juicio ¿Vale? Sabes que yo daría mi vida por ti, además las mujeres que estarán a nuestro lado el resto de nuestros días nos permitirán tenernos implícitamente a ambos

- ¿Qué demonios estás pensando? No me digas que ya tienes a alguien en mente

- vaya que lo tengo y nadie mejor que las hijas de los altos mandos para este trabajo

- ¿Y si ellas no aceptan nuestro plan?

- pero vaya que lo harán, ya verás, por ahora quiero descansar, largo de aquí  

- cómo quieras… te veré luego

Escuche como la puerta de mi habitación se cerraba y yo por fin podía dormir un rato, suspire mientras me dejaba llevar al país de los sueños, curiosa forma en la que me hablo solo.

 

Tarde aproximadamente un mes en recuperar la vista de ambos ojos, en todo ese mes fue Jun quién cuido bien de mí, debía entrar justamente hace quince días al colegio, pero la verdad es que tenía mucha pereza de ir y para eso había mandado a bubble en conjunto con Siege.

 

Pero vayamos por partes ¿Quién es “Bubble”? Bubble es un huérfano de New york, bueno en realidad ahí sus padres fueron a dejarlo para que jamás supiera sus orígenes, pero la verdad es que era el desliz de su padre quien es dueño de la empresa más importante, claro que una sección en casi todo Japón, los bienes y raíces “tokitoki”, sin embargo sus hijos acomodados no podían permitirse un contrincante menos si había sido con una menor de edad, así que la señora ordeno que debía hacerse con él y eso se hizo, sin embargo a la vida le gustan las historias con venganza, así que una familia japonesa interesada en adoptar un niño americano, se toparon con bubble, lo adoptaron así que para muchos sería el final perfecto en la vida de bubble, sin embargo es mentira, aquellos padres al comenzar a ver que la vida americana en nada es igual a la japonesa, comenzaron a volverse locos incluso bubble sufrió las consecuencias, por lo que muchas veces fue a dar muchas veces al hospital con ojos morados, labios rotos al igual que sus dedos, el sistema lo retiro de esa casa y lo mandaron a otras casas de acogida, entre ellas una conformada por gringos que adoptaban generalmente niños latinos para hacerlos mulas de acarreo, pero en Bubble vieron un fuerte para transportar la blanca hacía Japón sin levantar tantas sospechas, así que bubble fue enviado en extensos viajes por mar hacía Japón donde de a poco fue aprendiendo su idioma nativo, pero un día decidió escapar en el viaje denominado por el “13” porque la mala suerte les sonrió por fin a esos gringos, mientras él se convirtió en un vagabundo a aquellos, los arrestaron por sus extensos nexos con carteles latinos.

Se preguntarán ¿Por qué le llamas Bubble y quién es? Bueno su nombre viene cuando lo adoptaron aquellos blancos quienes les sacaban lucro a las mulas, eran tantos niños que adoptaban que a veces olvidaban sus nombres, aquel niño de su antigua casa de acogida solo tenía un regalo de bienvenida, una burbujas de esas que les gustan a todos los críos y en aquella casa lo veían siempre en el patio jugando con las mismas, por lo que el gringo mayor le puso el bubble, además que sabía escaparse de las redadas en unos cuantos segundos, dicen que desde niño era demasiado hábil con las cosas ilícitas, Inoo Kei es su nombre, actualmente le sigo llamando bubble para que nadie sepa su nombre real, nunca de saber quién te puede traicionar en esta asociación.

 

Siege por otra parte y como su nombre lo dice, es un acosador de primera línea, pero le viene de familia en realidad, actualmente la familia de Siege trabaja para mí, debido a que el mismo gobierno los metió presos por un par de años siendo inocentes, dejando Siege en la miseria total puesto que la misma policía creó, pues decomiso cada uno de los yenes de su familia, esto supuestamente a que eran ilícitos, Siege estaba desesperado por recuperar a su familia. En aquel momento la policía local de Japón colocaba a Bubble en un cartel de búsqueda pues los nexos que tenía con muchos lados del mundo generaban un lado ingrato e insatisfactorio para demostrar de Japón, ofrecían muy buen dinero por su cabeza, pero nadie podía darle seguimiento, no por nada de su apodo, sin embargo, solo Siege pudo darle alcance a cada paso que daba, por aquellos tiempos traía en jaque a Bubble así que solía decir que era su Siege, tenía demasiado que perder y mucho más porque aquel hombre sabía incluso el origen de su nombre.

 

Un día justo cuando estaban a punto de detener a Bubble tras una emboscada de parte del ejercito japones, si no era porque aparte de Siege yo tenía una organización fuerte con ojos en todos lados así que la vista estaba puesta en ellos dos, pero mi primero debía hacerlos parecer los peores enemigos y después yo mismo los rescataría para hacer de ellos los más hábiles en mi mundo, un mundo que no se me regalo, que me gané y finalmente me genero muchas ganancias útiles para mi bienestar. Así que tendrán que esperar un poco para saber cómo es que Siegel y Bubble me dieron su lealtad, su respeto, pero sobre todo sobre su amistad.

 

Días atrás.

Acomodaba mi corbata frente aquel espejo mientras entraba Jun con un traje parecido mirándome por la espalda y a través de aquel enorme espejo.

- ¿Estás seguro de lo que estás haciendo? Si ellos se giran contra ti, te ira mal ¿Pensaste eso?

- Claro que pensé eso, pero estoy seguro que no será así ¿Conseguiste poner a los policías de nuestro lado?

- se negaron como te dije y no solo eso, me dijeron que están tras tu cabeza

- ja, nada de eso, sin medios intermediarios, haz lo que tengas que hacer para deshacerte de los que saben de mí

- me molesta…cuando

-cállate, el que toma el mando soy yo y te ordeno que se haga, ahora fuera de aquí

Lo mire retirarse de la habitación, sonreí porque por fin se veía bien arreglada mi corbata, así que sin más saque aquella pequeña arma escondida debajo del escritorio, lo puse en su funda que estaba asegurada en mi costado, me abotone aquel holgado saco y camine seguro abriendo aquella puerta, camine tranquilo por los pasillos hasta llegar a aquel auto, camine hasta llegar al auto, subí mientras veía la ventana, entendía el mal humor de Jun, hoy por fin formalizaría mi compromiso con aquella bella dama, así que sus celos nublaban el juicio en la corporación, pero antes debía parar en aquella casa del viejo, cabe decir que era muy confiable con la investigación a su forma de saber cosas, lo mejor de todo yo solamente sabia de él por un error al estar rastreando a Siegel.

 

- Está comprobado señor, él le traiciono

- ¿Muy seguro? Probablemente fue algo que no medito -dije mientras abría aquel sobre con fotos de aquel que hace unos días comenzaba a sospechar-

- Señor, sus padres son de la DEA y lo regresaron por alguna situación, pero usted sabe cuál fue dicha situación 

- Supongo que sabían algo sobre su hermano -guarde aquel sobre mientras sacaba aquella caja de cigarrillos de mis bolsillos, lo encendí al tenerlo entre mis labios- vale, yo me encargo de esto Johnny, guárdate mientras arreglo todo, te mandare a llamar cuando sea el momento -guarde la cajetilla mientras sacaba su paga entregándosela en aquel sobre colocándolo sobre la mano de aquel anciano- por cierto tengo otro pedido que hacerte, contacta a Tsubasa, dile que el chofer está listo, ya lo use por lo que no lo quiero más también dile que a la fiesta me presento yo para darle las gracias y mandarlo a casa a dormir, que le recuerde a él y toda su familia que yo no perdono las traiciones -subí al carro mientras este se ponía en marcha dejando atrás a aquel anciano-

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